Un alma perdida.

Un día, vagaba tranquilo por las calles, sin temor de encontrar nada en especial, metía las manos en mis bolsillos y seguía sin rumbo alguno. Cuando me dí cuenta, de que caminaba apaciblemente, por esas pequeñas calles, por una acera de la que seguramente tendría años de historia, pero yo a eso no le prestaba atención alguna.Ver a alguien era difícil, normalmente a esas horas no solía haber mucha gente. En un momento peculiar, vi un alma perdida a lo lejos, tan lejos, que solo se veía su contorno. Poco a poco se acercaba, pero ese poco a poco se me hacia eterno, tan eterno que conté exactamente 17 minutos. Cuando ya no quedaba nada para toparnos, desapareció, y grité, tan fuerte que se pudo oír a kilómetros. No conseguía saber como podría haber pasado aquello, mi cerebro no daba a basto para procesar toda la información posible, ese alma que con tanto esmero esperaba que llegara a mi lado, parece, que no llegó. ¿Porqué? Al parecer nadie nunca lo podrá saber...